Así lo describió Enrique Santos Discépolo, aunque muchos piensen que es una frase de Borges o de Sábato. En realidad, fue Discépolo, músico, actor, autor teatral, guionista y director de cine —y, yo agregaría, también filósofo— quien dijo esta frase. Este pensamiento se hace evidente cuando uno lee sus tangos, que reflejan una profunda visión del mundo y una sensibilidad particular, una perspectiva profunda y melancólica. Sin embargo, Discépolo no bailaba y quizás su percepción del tango estuvo influenciada por su sensibilidad y capacidad para captar el dolor del mundo, lo que enriqueció su obra, aunque no necesariamente su vida.
Por lo tanto la frase que afirma que el Tango es un "pensamiento triste que se baila”, representa una visión que no abarca la totalidad de lo que el tango es o puede ser según cada persona. Es comprensible que muchos sientan el tango de ese modo, pero no es la única forma de sentirlo…no incluye el “todo” del Tango.
Toda esta introducción no es para hablar de Discépolo en sí, sino para ampliar la percepción que algunas personas pueden tener del tango.
Si alguien me preguntara: “¿Para qué sirve bailar tango?” yo respondería:
- “Para expresar y conectar”. - Tal vez dirías que "expresar" es una palabra demasiado amplia y "conectar" suena un poco etéreo, y tendrías razón. Por eso, añadiría que: el tango permite expresar movimientos inspirados por la energía del momento, que depende, a su vez, de la emoción que uno tenga en ese día de su vida. Entonces, imagínate cuántas cosas se pueden expresar bailando...
Condenso la idea:
Pensamientos = emociones = tipo de energía = tipo de percepción (esto va en circulo)
Tipo de percepción genera una expresión del Tango de una cierta forma = expresión de un sentimiento
En cuanto al conectar, podrías pensar: “¿Pero no es que al bailar nos conectamos automáticamente, ya que hay que abrazarse?” Si, pero no…no es tan simple.
¿Te ha pasado de bailar con alguien que parecía ausente, cuyo abrazo no transmitía nada, pero aún así bailaron toda la tanda? A eso me refiero. Aprender a bailar tango implica aprender a hacer movimientos, a guiarlos, a crear con los pasos lo que sentimos que nos inspira la musica y a traducir en movimientos lo que percibimos del otro. Pero todo esto puede volverse automático y hacerse sin realmente conectar, porque conectar es SENTIR a la otra persona. Para realmente sentir a la otra persona hay que saber estar presentes en el abrazo, en el ahora… Y es ahí donde ocurre la magia.
A veces, también, para experimentar la conexión profunda , hay que saber ir despacio; en la velocidad, esa conexión profunda no existe, existe otro tipo de conexión. Hay momentos en los que la lentitud nos permite un tipo de conexión especial. Ese momento se vuelve tan profundo que la conexión de a tres — la pareja y la música— te hace sentir algo tan intenso que ni siquiera puedes dar un paso, y debes detenerte para sentir, y procesar la emoción dejándola transitar por el cuerpo. Eso crea la pausa.
Pero no todos los tangos se bailan así; estos momentos son excepcionales. Se necesita una predisposición especial, que depende de muchas cosas, más allá de un buen nivel de baile, y del momento, etapa de la vida en que te encuentres, el cielo tienen que estar de tu lado…las estrellas, los momentos y las personas tienes que estar alineados.
Existen también grados de conexión. Podemos decir que, al final, siempre estaremos conectados en algún porcentaje y de alguna forma.
Expresar y Conectar puede llevarnos, entonces, a muchas posibilidades. Muchas veces estaremos jugando y creando, y esto no es menos válido que la conexión profunda. Nos llena de alegría, entusiasmo y energía. Por este motivo, creo que la frase de Discépolo no captura todo lo que realmente es el tango, porque el tango es lo que TU EXPRESAS al percibir de una cierta forma...y esto es mutable… Asi que el Tango es todo lo que puedes sentir y luego expresar.
Por eso, siempre digo que hay tangos para jugar y crear, y otros para abrazar y sentir. Todo depende del momento, de TU momento y de algo más….la musica…la orquesta.
No es lo mismo lo que se puede expresar con un tango de Juan D’Arienzo con la voz de Alberto Echagüe que con un Tango de Osvaldo Pugliese con la voz de Roberto Chanel….
Asi que recuerda, somos UNO con el Tango que bailamos, UNO con la persona que abrazamos, UNO con el momento que vivimos pero todo cambia, todo se transforma y la energía ensencial que da vida a tu baile no es siempre la misma, hay tangos para jugar y crear y otros para abrazar y sentir.
Aqui te comparto dos tango para que escuches uno tras otro y veas que te produce, que emociones te despierta.
Escuchalos nuevamente otro dia y veras que, muy probablemente, sentiras diferente, si te despiesta la mismas emociones es porque estas estan arraigadas en ti y ya son parte de tu forma de sentir. De todas formas, veras que a pesar de tu sentir, la orquesta te transmite su sentir y eso generara una emoción que serà mas para jugar y crear o para abrazar y sentir.
El Tango es una historia (Pugliese-Chanel)
El nene del Abasto (D'Arienzo - Echagüe)
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